El martes fuimos a conocer el castillo de Manzanares el Real. Es un castillo pero también palacio ya que la familia Mendoza pasaba allí grandes temporadas con las comodidades de un palacio.
Es muy grande, primero lo vimos por fuera. Tiene 4 torres redondas, almenas y unas ventanas alargadas desde dónde los soldados lanzaban sus flechas.
En el hall pudimos ver tres armaduras que pesaban mucho, los soldados tenían que estar muy fuertes para poder con ellas.
Después de cruzar el patio interior, pasamos al azaguán que tenía en sus paredes grandes tapices y una escalera que nos llevó a la galería superior del claustro.
Las columnas eran de piedra y tenían una barandilla con rosetones también grabados en piedra blanca.
Pasamos a una gran sala dónde la familia Mendoza recibía visitas bailaban. comían y se divertían.
Sobre la chimenea pudimos ver su escudo.
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Por esta escalera de caracol de madera llegamos
a la alcoba |
vimos las plumas con la que escribían
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Así vestían los señores de aquella época Así vestían las damas |
También vimos una sala en la que solo podían pasar mujeres, allí sentadas en el suelo con cojines, bordaban, cantaban y tejían
Subimos a las torres dónde vimos las almenas, pero hacía tanto viento que casi nos lleva.
Desde arriba se ve un paisaje precioso, el pantano de Santillana y la sierra.
En aquella época tan lejana, todo el campo estaba sembrado de manzanos, por eso se le llamó Manzanares el Real.
Bajamos por unas escaleras de caracol de piedra muy...muy estrechas y algunos al principio nos daba miedo.
Con esta visita al castillo-palacio Mendoza, comprendemos mejor la vida de aquella época.
Gracias al papá de Verónica que nos acompañó y nos ayudó en todo momento.